Material


     Presupuesto     



     El cicloturismo con alforjas permite viajar por prácticamente cualquier lugar con un presupuesto relativamente bajo. Al llevar nuestro propio medio de desplazamiento, no hay necesidad de alquilar un coche, o servirse del transporte público del lugar que se recorre. Otra ventaja de la bicicleta, es que no requiere consumo de carburante, directamente relacionado con la dieta del ciclista, que no acudirá a restaurantes a mitad de etapa si tiene alguna esperanza de acabarla mientras hace la digestión. 

   
     Debido a que la legislación de Japón prohíbe expresamente la acampada libre, la mayor parte de las noches descansaremos en campings, aunque a veces será necesario hacer noche en un hotel / hostal para recuperar sueño atrasado o si tenemos que hacer noche en una gran urbe. Aunque sería genial encontrar gente dispuesta alojarnos por donde pasemos, gracias a páginas como Couchsurfing, Warmshowers, o la penita que demos a los locales si nos pilla un aguacero y no tenemos donde echar el saco.

     De modo que, incluidos los billetes de avión, la manutención, el alojamiento, el transporte (ferris o autobuses donde haya que cargar las bicis), la entrada a los museos y otros gastos necesarios, tendríamos un presupuesto aproximado de entre 4.500 y 5.000 € entre los dos.


   ¿Qué tenemos?

    Además de ilusión, hacen falta medios para que una aventura como ésta salga bien. Tenemos bicis, importante. No son lo mejor del mercado, (Rockrider 5.2) pero aún no se nos han deshecho por ningún camino ¡y ya tienen unos cuantos km! Los cambios se desajustan con mucha asiduidad, pero por lo demás, son bicis robustas y todoterreno. Ambas llevan dos parrillas traseras, de momento no nos planteamos acoplar alforjas delanteras, a no ser que la próxima travesía sea por un lugar más frío.



    Las mencionadas alforjas también son de gran ayuda para el cicloturista (nótese que he dicho de gran ayuda, no imprescindibles: la inventiva del ser humano es ilimitada). Tenemos un buen par de alforjas, las Ortlieb de toda la vida, donde llevaremos recocidos nuestros preciados enseres. Y el otro par de alforjas... a ver, esto es algo vergonzoso... son las más baratas de Decathlon ¡pero tuneadas! Es lo que ocurre cuando se mezcla la audacia con unas mentes propensas a la chapucería.







     Como no eran impermeables, pensamos cómo podíamos ponerles una funda para que en nuestro viaje por Holanda no se nos mojara el equipaje. La primera opción fue la bolsa de basura, rechaza por obvios motivos. Luego pensamos en un plástico impermeable, pero tampoco nos convencía. Hasta que la experiencia de Gabriel en el mundo de la jardinería nos brindó la solución perfecta: lona de estanque. De esa que se pone en el fondo, totalmente impermeable. Ya teníamos el material, ahora había que diseñar los chubasqueros para las alforjas en cuestión. Amigos, no hay nada que no solucione el velcro autoadhesivo. Cortamos un par de círculos que acoplamos a las alforjas con velcro y, como nos sobraba tela para rato, nos emocionamos y preservamos también tienda de campaña y sacos de dormir. Lo que nos vino francamente bien, porque por las noches se calaba el suelo de la tienda de campaña, problema que se solucionaba poniendo las fundas de las alforjas, de la tienda y los sacos de modo que quedaba también impermeabilizado. Habrá que patentarlo.

     Continuando con la lista de lo que ya tenemos: una bolsa de manillar (Ortlieb), tienda de campaña (con suelo permeable, como acabamos de contar), un par de sacos de dormir, una cámara de fotos, ropa y calzado ciclista, un par de impermeables (uno de ellos prestado, ¡gracias Manuel!), herramientas y recambios varios...  Tenemos un buen botiquín, que tenemos que agradecer a Martita.

   ¿Qué necesitamos?

     Con lo que tenemos podemos sobrevivir, pero si queremos hacer un viaje medianamente digno, lo primero va a ser dejar la tela de estanque en casa. Así que la "lista de la compra" sería, más o menos, la siguiente:

- Tienda de campaña que no se cale por dentro.
- Colchones o colchonetas para no dejarnos la espalda en el intento.
- GPS y/o mapas de Japón. Gabriel prefiere la tecnología y Ainhoa el papel (formación profesional o puro romanticismo).
- Otra cámara de fotos / video.
- Un par de alforjas verdaderamente impermeables.
- Otra bolsa de manillar.
- Algo más de ropa... Ainhoa dice que si aparece un sujetador transpirable será la mujer más feliz del mundo.
- Habrá que comprar otro par de cubiertas.
- Amuletos y colgajos varios para la bici. ¡Si los compramos nosotros no tendrán tanta influencia como si nos los regalan! Bob Esponja fue fundamental en el Camino de Santiago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario